España se encuentra entre los países de la OCDE cuyo PIB sufrirá una mayor contracción. Múltiples organismos sitúan esta por encima del 12%. Además, el Banco de España considera que el PIB español no recuperará los niveles previos a la pandemia hasta 2023.
A la caída del PIB se suman los efectos de la actual crisis económico-sanitaria sobre el desempleo y la deuda pública. España lidera la subida del paro dentro de la zona euro y supera el 15% de desempleo con respecto a su población activa. Por su parte, el paro juvenil se sitúa por encima del 40%. Esta situación podría empeorar aún más dada la falta de liquidez de las empresas españolas, lo que amenaza con desencadenar cierres masivos.
Según la Fundación de las Cajas de Ahorro (Funcas), la crisis del Covid-19 ha supuesto un aumento de 26.000 millones de euros en el gasto público y una caída de 72.000 millones en la recaudación. Por ello, se espera que la deuda pública llegue a situarse en el 116% del PIB, niveles no alcanzados en más de un siglo. Este aumento de la deuda afectaría tanto a la administración central como a las comunidades autónomas y a la Seguridad Social, siendo las corporaciones locales la única administración que vería una leve disminución de su deuda con respecto al año anterior.